lunes, 6 de diciembre de 2010

870 - Zelig (1983)


30 de Noviembre de 2010

Ficha Técnica
Titulo Original: Zelig
Tambien Conocida Como: Zelig
Dirigida:
Woody Allen
Guión: Woody Allen
Año: 1983
Origen: USA
Genero: Comedia
Duracion: 79 Minutos
Elenco: Woody Allen, Mia Farrow

Sinopsis: Falso documental alrededor de Leonard Zelig, el hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana de la 'era del jazz'. Su historia arranca el día que miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse excluido. A partir de entonces, su necesidad de ser aceptado le hace transformarse físicamente en las personas que tiene a su alrededor, lo que inmediatamente le convierte en un fenómeno mediático. Así, Zelig es una celebridad sin esencia. Testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de los años treinta, que encaja a la perfección en todas partes porque asume las características tanto físicas como psíquicas de las personas con quien está para caerles bien.

2 comentarios:

Clau dijo...

amé esa peliculaaaa!

Jaht dijo...

Woody Allen tiene, en este excelente falso documental, la excusa idónea para sumergirse en los inquietantes y locos años 20 y 30, al ritmo de ese jazz movidito que tanto le gusta y que tan buenas migas hace con su locuacidad y con su burbujeante creatividad.
Leonard Zelig, al que casi nadie recuerda, y que de no ser por los testimonios filmados en blanco y negro, algunos sin voz y acelerados, hubiera sido considerado por las nuevas generaciones como una leyenda más, o un personaje de ensayo literario, biopic exagerado; producto más bien de la mente calenturienta de cualquier realizador de cine judío. Pero aquí está, al frente de la narración, para refrescarnos la memoria, la autorizada y científica voz del talento neoyorquino, que hace un pormenorizado estudio del hombre camaleón y sus circunstancias, del mismo que tuvo en vilo a la sociedad americana y a sus científicos en el primer tercio del siglo XX.
Y cuando ustedes hayan visto estos escasos, y concentraditos, 80 minutos no dudarán de su existencia, y concluirán conmigo en que aquella, que entonces fue considerada rara enfermedad, es en nuestros días tan común o más que un simple catarro o una alergia de contacto.
Hoy podemos afirmar que Zelig no sólo existió, sino que sigue vivo y se ha multiplicado como las amebas, hasta el punto que ya no distinguimos el original del imitador porque, en el mundo rico, todos jugamos a ser triunfadores y olemos, vestimos y hablamos igual. Nadie quiere ser diferente; y si lo somos, para eso están las apariencias y la publicidad, para hacernos creer lo que no es.
Sinhué